miércoles, 22 de agosto de 2012

Leopoldine Core

El agujero




Soy un freak en una noche
prometedora para el resto
afuera gente cool se amontona
en un jardín apenas iluminado.
Todo este tiempo perdido
pudo estar lleno de algo pero estoy
siempre en cualquiera.
Tuve ideas buenas y les dí un lugar
alrededor de un cuarto
pececitos todavía
muestran sus garfios.
Tuve ideas mejores y las mantuve
en el líquido de mi mente
hasta que empezaron a venirse abajo.
Preparé un brunch,
llamé a un amigo muerto.
No me gusta todo lo que hago
dejé que los fantasmas
se alimentaran de mí
me hace acordar a lo que hacemos
cuando viajamos en subte
si les damos lo que piden
a los que cantan o agitan pelotas,
se enchufan a un enorme amplificador,
todo eso que luego hacemos todos
o bueno, al menos yo
y me tocan y hago de cuenta
que no lo noto, me divierto.
Estar bajo el agua todo el tiempo
no fue una pérdida total.
todo ese silencio
creo que es más una capa
que un agujero y de todos modos

NO ES SILENCIO

a partir de ahora
no hay habitación en el mundo
ilesa de ruido humano,
pensé mucho todo esto
tracé un agujero sucio en mi propia cama
y viví ahí
frotándome el clit con una moneda
bajo mi manta
hay un sandwich viejo
y una joya



viernes, 10 de agosto de 2012

sexo con un poeta famoso*



La otra noche me acosté con un poeta famoso
y cuando giré y me aparté de su lado me preocupé
porque yo estaba casada con otra persona
porque se suponía que no tenía que beber,
porque estaba en una habitación lujosa de un hotel
que no reconocí. Te diría enseguida
que fue un sueño pero hace poco un amigo me dijo "escribir sobre un sueño
es perder un lector" y yo no quiero perderte
para nada. Quería que escucharas
que ni siquiera me gustaba el poeta del sueño
que tiene cuatro hijos, el más chico de mi edad y que lo encontré
poco curioso, que nada más lo vi una noche en la vida real y
que estaba con un grupo en el que apenas pude abrir la boca. Me irritaron
sus comentarios ofensivos hacia las mujeres. Llegó a usar la palabra “xapu”
Y lo tomè con un insulto hacia mi hombre, asiático.
Cuando recién habíamos empezado a salir, una vez le dije
“anoche estuviste hablando en sueños
y yo escuchaba nada más que para asegurarme de que no dijeras
el nombre de otra”. Mi futuro hombre dijo que él
no era responsable de su subconsciente,
lo que me molestó y me hizo pensar que sus sueños
estarían llenos de zorras rubias en bikini y piel de durazno.
Pero dijo que no, que casi siempre soñaba con piedras
mar y volcanes en un tiempo peligroso
del que era testigo sin poder hacer nada para cambiarlo.
Entonces le dije. “Yo nada más sueño con vos”, lo que era romántico
y tonto y falso.
Pero nunca pensé que soñaría con otro hombre…
mi marido y yo nunca nos engañaríamos,
mi cabeza metida dulcemente bajo su axila, mi brazo
alrededor de su barriga, que sube y baja
toda la noche, suavemente, como agua en el lago.
Si pasara ese poeta famoso por la calle
caminando famoso como sus lentes de sol
y su campera americana con pitucones
ni siquiera me echaría una mirada.
Ya sé que te morís de ganas de saber quién era el poeta
Así que debería decirte que dejé pistas
falsas, que enmascaré su identidad,
que no deberías aseverar “apuesto a que es él”
Porque nunca lo vas a adivinar correctamente
y aunque lo hicieras no voy a decirte si acertaste.
No quiero importunar a un extraño
que seguramente es, después de todo,
una buena persona que igual tenía un mal día cuando lo conocí.




*denise duhamel