Ella está enamorada del pediatra de su hijo. Allá afuera nadie puede culparla.
Hay un elemento de gran pasión en este amor. Y además es una cosa segura. El hombre está al otro lado de una barrera. Entre él y ella: el niño en la camilla, el consultorio, el cuerpo médico, su esposa, su esposo, el estetoscopio, su barba, sus tetas, los anteojos de él, los anteojos de ella, etc.
Lydia Davis, The Collected Stories, Farrar, Strauss and Giroux, New York, 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario